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El factoring no es una herramienta de uso exclusivo para las empresas con dificultades económicas, porque si se saben utilizar ayudan a potenciar con mayor fuerza los negocios en períodos de robustez.  

Según la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, en julio los procesos de liquidación de empresas cayeron casi 24% al registrar solo 80 solicitudes. Expertos aseguran que se debe a la liquidez que queda de las ayudas estatales y al financiamiento entregado durante la pandemia.

Los beneficios del factoring, Organización del flujo de caja:

Es una herramienta que permite que las empresas organicen su flujo de caja y obtengan beneficios.

Liquidez en 24 horas: El factoring no demora como un crédito al banco, por tanto, es importante tener claro los tiempos de recepción y la entrega del capital al cliente.

Costos operacionales y tasas de interés: Pese a que se cree que tiene una alta tasa de interés, lo cierto es que el factoring es una de las opciones más rentables y con costos más competitivos en comparación con alternativas tradicionales como los préstamos bancarios.

Transparencia en la gestión: Para realizar este trámite solo se necesita la carpeta tributaria y la factura emitida. Además, actualmente existe la modalidad de factoring web, que funciona presentando estos documentos de manera digital, lo que hace que este tipo de operaciones sean más rápidas y oportunas. El único requisito es contar con facturas por cobrar para subir a la plataforma.

Se hacen cargo de la cobranza: Las empresas de factoring cuentan con un sistema de seguimiento en línea de cobranzas, el cual permite estar al tanto de las gestiones que se realizan con las empresas deudoras. “Lo importante es que solo te concentres en tú negocio”, puntualiza.

Ante la situación de la pandemia y el difícil escenario al que se han enfrentado las pymes, en Orsan Factoring hemos reforzamos nuestro compromiso con las empresas que requieren de liquidez para seguir operando.

Las principales medidas que hemos tomado en Orsan Factoring son:

1- Bajar comisiones.

2- Mantener el costo de financiamiento, aun cuando se ha vuelto mucho más riesgoso.

3- Invertir en nuevas herramientas que han permitido agilizar el tiempo de respuesta y entrega de los anticipos.