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La reforma de pensiones que propone el gobierno y que fue presentado por el propio presidente Gabriel Boric en cadena nacional, contempla tres pilares: Capitalización Individual, que mantendrá los aportes obligatorios que pertenecen a cada trabajador, Seguro Social, que administrará el 6% extra de cotización a cargo del empleador, y el aporte del Estado a través de la Pensión Garantizada Universal, PGU, la cual aumentará hasta 250 mil pesos.

Entre los principales detalles que se dieron a conocer, sería la creación de un sistema mixto y un inversor público, además de inversores privados.

También se apunta que no se parte de cero, sino que este sistema se construye considerando los sistemas de pensiones predominantes en la OCDE, el cual buscaría contribuir a una igualdad en el pago de pensiones entre hombres y mujeres.

Este será dividido en tres pilares:

1.- Pilar no contributivo: Propone un fortalecimiento de la PGU.

Aumentar de forma gradual desde los $193.917 hasta los $250.000, priorizando a las pensiones más bajas. Además, pasar del 90% que cubre y hacerla universal, dependiendo de la recaudación fiscal.

2.- Pilar contributivo: Propone creación de un Seguro Social, con nueva cotización de 6% con cargo a los empleadores, a partir de un Fondo Integrado de Pensiones (FIP).

Crea nueva cotización de 6% a cargo de los empleadores, el cual subirá un punto porcentual por año para ayudar a que las empresas se vayan adaptando

El FIP tendría un registro personal en la cuenta del Seguro Social de los afiliados, donde se indicaría el monto total de dinero que cada uno tiene.

3.- Fin a las AFP: Propone una reorganización de la industria previsional en el pilar contributivo, para mejorar su eficiencia.

Se permite la creación de inversores de pensiones privados (IPP), sociedades anónimas que tengan por objetivo gestionar ahorros de cuentas de capitalización individual y se le suma la creación del Inversor de Pensiones Público y Autónomo (IPPA), quien deberá intervenir para maximizar la rentabilidad.

De acuerdo a los cálculos del gobierno, una persona que durante la mitad de su vida laboral cotizó un sueldo de unos $393 mil mensuales, recibe actualmente una pensión cercana a los $259 mil.

Bajo el nuevo sistema, esa persona pasaría a cobrar unos $415 mil, es decir, un 46% más en el caso de los hombres y un 52% más en el caso de las mujeres.